miércoles, 26 de enero de 2011


¿Por qué a veces preferimos callar?

¿Que es eso que nos ata a no decir lo que queremos decir?

Yo suelo callarme, no decir lo que se me cruza por la cabeza

Y nose porque lo hago, quizás por miedo a lo que pase

Después cuando me acuesto en la cama, antes de dormir

Que es en el único momento que me pongo a pensar

En todo lo que no tuve tiempo de pensar, me digo, que onda fiamma?

Porque callaste? Si vos lo querias decir!

Uno no se da cuenta de todo lo que tiene para decir hasta que empieza a decirlo. Las palabras están ahí, atrapadas en tu cabeza, quieren salir, quieren ser dichas, quieren ser gritadas.

Cuando alguien me discute a full le termino dando la razón. Cuando siento miedo me burlo de los cobardes. Cuando estoy furioso con alguien le dio “nah, está todo bien”. Para eso sirven las palabras, para ocultar lo que sentís.

Uno cree que las palabras dan respuestas, pero dan algo más poderoso o al menos para mi: preguntas.

Decir algo es muy potente, pero más potente aun es no decirlo. Porque el silencio también tiene palabras, pero son palabras guardadas, elegidas, que esperan pacientes el momento de ser reveladas.

De qué sirven las palabras si uno las dice y nadie del otro lado las recibe?
Qué valor tiene una palabra si nadie la escucha...
Sin palabras no hay silencios.
Y sin silencios no hay palabras.
Muchas veces no sabemos por que callamos, y muchas más no sabemos por qué hablamos.
Estamos en silencio, guardándonos las palabras hasta que algo, alguien nos hace hablar.
hay tantas palabras.
Y sin embargo muchas veces nos quedamos mudos, sin saber que palabra usar.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero cuando una palabra tiene valor puede contener mil imágenes.

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